Desengáñate

 Efectivamente, es ELLA.

Esa que creíste que sería la definitiva y que te ha atormentado en sueños en los que está contigo otra vez como si nada o en los que se vuelve esquiva. Es la ladrona que ha jodido para siempre que vuelvas a tener ese tipo de amor especial para los restos, te lo ha robado, impidiéndote que el amor que le profesaste vuelvas a sentirlo por nadie en lo que te queda de vida. 

Pasa el tiempo, quizás los años, pones parches en tu vida amorosa pero tu mente tiene la malsana costumbre de recordarla tarde o temprano. Por temporadas no la recuerda porque el parche funciona, pero en cuanto te sientes mal, en cuanto notas que tu vida hace aguas o incluso cuando no notas estar en la cresta de la ola, siempre piensas en ella. Siempre. Y de forma masoquista haces tu búsqueda periódica en Facebook o Twitter y lees de un tercero una felicitación por su relación, su matrimonio o peor aún, leer que ha dado a luz. Adiós a esa posibilidad de mezclarte con ella, de engendrar algo que nazca de la unión de ambos y celebrar vuestro amor. 

Siempre podría volver a ti, pero ya nada sería igual. Sabes que en vida, tu vida, la carta de ese amor único ha muerto para ti. Y lo aceptas, te resignas, ahora más que nunca sabes que no eres más que un humano más y que lo que te queda es ponerte la máscara con otras e intentar autoconvencerte de que lo vuestro será tan especial como lo que tuviste con ella. Desengáñate, no lo será. Esa es ELLA.