Hoy al igual que todos los días anteriores me ha costado levantarme de la cama, no es que sea un vago y mucho menos un dormilón, no consigo hacerlo porque no tiene sentido vivir una vida en la que tú no estás.
Tengo tanto tiempo para pensarte que hasta llego a conclusiones extrañas. Me he dado cuenta de que cuando era un niño me despertaba con las sabanas muy en su sitio porque soñaba con cosas bonitas, después llegaste tú y amanecíamos con la cama hecha un desastre. Ahora también me despierto así pero no porque te tenga a mi lado jugando como una niña, sino porque no consigo dormir si no te tengo a mi lado. Cierro los ojos y lo único que consigo ver es a ti, en esta misma cama y no puedo, quiero pensar que llegará el día en que me despierte con las sábanas en su sitio, pero porque he conseguido soñar con los buenos momentos que pasamos juntos y no con los malos. O con las sábanas revueltas, pero porque has vuelto dentro de mi.
Es tan triste acostarse y amanecer sin ti ...
Esta carta va dirigida al mayor sentimiento que existe. Al amor.
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